El Sahara Occidental es un territorio africano que fue ocupado por España en 1884 y convertido en provincia española en 1958. Tiene aproximadamente 250,000 kilómetros cuadrados y es la última colonia de África. En 1976 se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática.
En mayo de 1973 se fundó el Frente Polisario como organización de lucha por la independencia del pueblo saharaui y en 1975 el reino de Marruecos llevó a cabo la Marcha Verde: una agresión armada que incluyó bombardeos con napalm y fósforo blanco para expulsar a la población saharaui del Sahara Occidental, y el desplazamiento de colonos marroquíes para ocupar ilegalmente el territorio. Seis días antes de la muerte de Francisco Franco el régimen español organizó su retirada y cedió la administración de dos terceras partes del territorio a Marruecos y una tercera parte a Mauritania mediante los llamados Acuerdos Tripartitos de Madrid.
Un mes antes, el 16 de octubre de 1975, la Corte Internacional de Justicia había reconocido vínculos históricos entre los habitantes del Sahara y de Marruecos, y el derecho a la autodeterminación de los saharauis, que España se comprometió a respetar organizando un referéndum. Marruecos interpretó la referencia al vínculo histórico como un derecho de anexión y el 27 de febrero de 1976 ocupó militarmente su zona de administración. En esa misma fecha el Frente Polisario declaró la República Árabe Saharaui Democrática y entró en guerra con Marruecos y Mauritania.
En 1978 el gobierno de Mauritania firmó la paz con el Frente Polisario y renunció a su zona saharaui, la cual fue ocupada de inmediato por el ejército marroquí. A partir de entonces Argelia facilitó la instalación permanente de la población refugiada saharaui en campos al sur de Tinduf.
Entre 1980 y 1987 Marruecos levantó en seis fases un muro defensivo, conocido como el Muro de la Vergüenza, con cinco pasillos de entrada y salida a lo largo de unos 2,500 kilómetros, que vigila con más de 100.000 soldados (la mitad de su ejército) y que está flanqueado por 5 millones de minas antipersonales. El proceso de colonización en territorio saharaui continuó y se calcula que al menos 200,000 personas con ciudadanía marroquí se han instalado en el Sahara Occidental.
La guerra se suspendió oficialmente en 1991 cuando el Frente Polisario y el gobierno de Marruecos aceptaron el Plan de ONU (Resolución 690) que incluye un alto el fuego, el intercambio de prisioneros, la repatriación de refugiados y la celebración del referéndum, todo bajo supervisión de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO). Sin embargo, los avances en la resolución del conflicto son prácticamente nulos debido a la insistencia marroquí en condiciones que garanticen una anexión y al constante boicot de cualquier esfuerzo de la ONU. El Frente Polisario busca el cumplimiento del derecho internacional y la celebración de una consulta en la que el propio pueblo se pronuncie por la independencia o la autonomía.
Mientras tanto, la población saharaui sobrevive en los campamentos cercanos a Tinduf, Argelia, o sometida a la ocupación marroquí en el Sahara Occidental. En ambos casos su situación es dura e inhumana: la vida en los campamentos depende por completo de la ayuda internacional y las condiciones geográficas y climáticas hacen que los aspectos más elementales de la cotidianidad representen un reto, y la vida en los territorios ocupados está marcada por la persecución política, la represión de toda manifestación saharaui por pacífica que sea, la tortura y las desapariciones forzadas. Inmerso en la adversidad en los dos lados del Muro de la Vergüenza, este pueblo ha levantado un Estado y una organización social de resistencia pacífica.
El pueblo saharaui sigue esperando el referéndum de autodeterminación auspiciado por la ONU y bloqueado sistemáticamente por el ocupante, Marruecos y sus aliados.